Diseño y políticas públicas

En noviembre de 2009 la revista IF de la Asociación Amigos del Centro Metropolitano de Diseño publicaba el artículo Cartografía D en Argentina, un mapa del diseño local que daba cuenta de las instituciones que, gestadas o vinculadas con el Estado, configuraban los agentes desde los cuales desarrollar la política pública alrededor de las disciplinas de diseño en Argentina.

La bajada del artículo era alentadora: “La confección de un mapa del diseño en el país, nos acercó a una de las mejores noticias en años: la formulación de un Programa Estratégico Nacional de Diseño e Innovación que, con el apoyo del MINCyT, se propone la creación de nodos que articulen los sectores académicos, privados y gubernamentales, para promover en conjunto el uso del diseño como factor de innovación y desarrollo productivo”

En el listado de carácter federal figuraban planes de diseño nacionales y provinciales, nodos regionales, universidades, grupos de investigación, institutos descentralizados de los que trabajaban alrededor de temáticas de gestión de diseño. Este relevamiento resulta central para hacer un recorrido desde el hoy sobre el devenir de estas políticas públicas y el surgimiento de nuevas, cada una con un enfoque y objetivos propios pero con un eje en común. 14 años después me propongo recuperar algunas voces, las de quienes dirigen y coordinan hoy estas áreas del Estado.

Para comenzar el debate sobre las relaciones entre diseño, industria y Estado consulté a Laura Braconi, decana Facultad de Artes y Diseño de UNCuyo quien propone revisar la historia reciente de estos vínculos: “A partir del 2003 el país inicia un proceso de crecimiento con un modelo económico diferente, permitiendo una recuperación de la industria argentina. Este modelo impulsado por el estado mejoró y estimuló la creación de nuevas PyMES, situación que generó empleo, arraigo local, consumo de productos locales e incremento de exportaciones. En medio de cambios macroeconómicos, conviviendo formas tradicionales de producción de bienes con nuevas formas de generar productos, así se fue configurando el panorama nacional. La industria nacional fue progresando paulatinamente con una reactivación en diferentes sectores industriales, con algunas limitaciones y con políticas apropiadas para estimular el desarrollo local con la integración de todos los actores del territorio: sector productivo, estado y sociedad. Son cambios que pudieron vivirse en la Argentina y que por integración de esos actores se logró promover innovaciones. Por medio de diferentes acciones permitieron que aumentasen las pymes en el país y en nuestra región”. Asimismo Braconi expone la fragilidad de estos procesos ante los cambios de signos políticos y políticas de desarrollo industrial: “El año 2015, fue el inicio de un cambio drástico en una situación de apertura económica y de globalización en el que observamos el inicio de cierre de empresas en diferentes sectores. Aún en esos contextos de grandes cambios, positivos y negativos, el diseño se ha sostenido, ha crecido y se adaptó a las circunstancias determinadas por el entorno social, económico, ambiental, tecnológico, cultural y político. Razones suficientes para considerar la importancia del conocimiento de la historia de nuestra profesión en el medio y de su relación fundamentalmente con la industria y por supuesto, aprender de esas situaciones, hace que nos posicionemos de manera diferente ante situaciones diarias y que aún se reiteran.”

En esta misma línea Roxana Garbarini, profesora de la UNLP y referente del diseño local, nos aporta su mirada sobre el rol del estado: “La superación de las oscilaciones productivas, siempre ha sido encabezada por un estado proactivo. Claro que la afirmación, no puede deslindarse de los modelos económicos, y de este modo asumir que una política pública es una decisión de hacer o no hacer. En la coyuntura actual cada vez es más claro entender cuál es la política económica que fortalece el diseño. El sentido de entender el hacer productivo, dispone también al pensamiento de cada puesto de trabajo, de cada sector o cámara productiva involucrada, cadena de valor fortalecida y mercado interno y externo ganado. Los instrumentos y ventanas de oportunidad demandan apoyo estatal a la innovación, y en este punto una perspectiva que encuentro viable es la de un Plan Nacional de Diseño que incorpore diseñadoras y diseñadores como sujetos de gestión tecnológica en proyectos de transición, observando las contribuciones originales para la comprensión a largo plazo”.

Desde el Plan Nacional de Diseño que hoy me toca coordinar pude ver un crecimiento en la cantidad de inscriptos a los programas de promoción como el Sello de Buen Diseño Argentino, incluso en el periodo de aislamiento devenido de la pandemia de Covid-19, los diseñadores y diseñadoras redoblaron la apuesta a la hora de brindar soluciones para sociedad y para una industria que, parecía, iba a estar paralizada por mucho tiempo. El SBD adquirió un pico de visibilidad en su muestra anual llevada a cabo en el Centro Cultural Kirchner en abril de 2023 con la presencia del Presidente de la Nación y cuatro ministros de carteras relacionadas al desarrollo productivo local (Defensa, Salud, Ciencia y Tecnología y Cultura). Esto se tradujo en una enorme presencia en medios que amplificaron los lineamientos de esta política que ya tiene 12 años de existencia y que, en ese momento, se encontraba con un récord de inscriptos absoluto, motivó la llegada de invitaciones a mostrar la oferta de diseño argentino en eventos y ferias internacionales como el London Design Festival o la feria francesa Maison et Objet.

Además, la academia, continuó con el trabajo de posicionar el diseño argentino e inaugurar nuevas propuestas en las casas de estudio de todo el territorio dentro de las cuales podemos mencionar a la carrera de diseño industrial en la Universidad de Hurlingham o a la nuevas carreras de Diseño de la Universidad Nacional de Rosario con récord de inscriptos entre tantas otras. En relación a este fenómeno Matías Pallas, director de la carrera de diseño industrial de la Universidad de Rosario, afirma: “Desde la dirección en Rosario formamos profesionales en una carrera nueva en la educación pública, en un contexto donde el entramado productivo demanda diseñadores con sólidos conocimientos técnicos. La tarea es expandir la percepción de los alcances de la disciplina, mostrando cómo el diseño viene agregando valor en nuevos escenarios y resaltando el sentido estratégico en sus intervenciones.”

En el caso de la provincia de Córdoba, uno de los más grandes nodos del diseño argentino, en 2021 se crea el Centro de Innovación y Diseño de la Universidad Nacional de Villa María estructurado en tres áreas: Observatorio, Capacitación, I+D+I. Sebastián Dovis, su director, nos cuenta cuál fue la oportunidad que vieron en la creación de este centro: “Desde este espacio se apunta a fortalecer el vínculo con la comunidad, especialmente con el sector industrial, comercial y de desarrollo de San Francisco y la región, llevando a cabo un trabajo articulado y de retroalimentación permanente entre estudiantes y docentes de nuestra carrera y las demandas del medio. En este sentido, se detectó la oportunidad de generar un espacio que pueda actuar de nexo entre la carrera y entidades de orden público y privado para celebrar acuerdos, convenios contratos u otro tipo de relaciones como el acceso a informaciones y a vinculaciones relacionadas pertinentes al diseño industrial”.

Asimismo, desde su rol de Coordinador de Gestión de Diseño de la Provincia de Buenos Aires, Pallás reconoce que el desafío radica en promover al diseño como herramienta estratégica: “Mientras que las PyMEs invierten en publicidad y canales comerciales digitales como una cuestión casi obligada para desarrollarse, la inversión en diseño, sobre todo en diseño industrial, no está incorporada en la cultura empresarial. Resulta esencial difundir el mensaje de que el diseño es un recurso que puede impulsar el crecimiento” afirma.

Por su parte Rodrigo Ramírez, director del Centro de diseño industrial del INTI, expresa: “Desde hace años, muchas instituciones hemos promovido la incorporación del diseño en las PyMES, ya que es clave para la innovación y la competitividad. Además contribuye a la generación de nuevos empleos y productos, incrementa la productividad, aumenta la sustentabilidad y mejora la experiencia de los usuarios. La mejor manera de colaborar para competir es diseñar en modo abierto para amplificar el impacto. Los desafíos a futuro están sin duda ligados al desarrollo sostenible, y podemos aportar desde la construcción de sentido a través del diseño. Impulsamos que las organizaciones sumen la perspectiva de la innovación a sus procesos, que integren diseño para explorar, idear y materializar soluciones enfocadas en la creación de valor genuino. Pero, sobre todo, innovar acá con visiones y libretos locales de cara al mundo, con ecosistemas en los que se articulen el sector productivo, el del conocimiento, la sociedad y el sector público”.

Afortunadamente muchos de los proyectos mencionados en esa nota de 2009 siguen activos trabajando para el desarrollo argentino, el poder conversar sobre sus objetivos y dinámicas es fundamental para delinear la industria queremos y el rol que el diseño va a tener en esta estrategia.

El debate presente en este artículo se extenderá en la charla “Diseño y ambición: símbolos, estrategia, gestión y política públicas” en Fundación Medifé (Ayacucho 1945, CABA) en el marco del ciclo de charlas Tangencia de Fundación IDA.


Artículo realizado por Emmanuel Pan, diseñador gráfico y especialista en Sociología del Diseño y doctorando en diseño por FADU UBA. Coordina el Plan Nacional de Diseño (PND) del Ministerio de Economía de la Nación y es docente en FADU UBA, FAPyD UNR, UADE y UFLO. Ha participado como jurado en concursos de diseño y forma parte del equipo ejecutivo de Fundación IDA.