El cuaderno de Chrissie #3

Una banda, un show: Ultravespa / En vivo en La Tangente

ultravespa fb

Una amiga me habló de un show en cuya organización estaba colaborando y dijo que la banda era buenísima. Debo confesar que me dió un poco de fiaca. Cantan en portugués (son brasileros) y yo no hablo el idioma. Estoy intentando no salir tanto en la semana. El recital era un miércoles. Nunca los había escuchado ni los había oído nombrar. No le tengo mucha paciencia a los recitales de bandas que no conozco. Prefiero ir a ver artistas que ya sé que me gustan, reconocer las canciones, esperar mis preferidas y alegrarme cuando las tocan. Sin embargo, me gusta la música en general y soy curiosa, entonces terminé dando click sobre algunos enlaces de YouTube que aparecían en el evento Facebook del recital. La banda, Ultravespa, no aparecía en Spotify, lo cual me pareció raro. Después supe por qué: es el proyecto paralelo de Dinho Almeida, cantante de Boogarins, un grupo mucho más consolidado y conocido, incluso a escala internacional (aunque yo tampoco los tenía). Y Ultravespa cuenta con muy poquito material grabado. No había tenido un día no tan bueno y estaba con una energía medio fea, pero cuando escuché “Isso deixa marcas”, cambió mi humor. Es inusual que algo me guste la primera vez que escucho, pero sucedió con esa canción. Llamó mi atención, de hecho, cuánto me había gustado. Tanto que decidí ir al recital. Escuché algunas canciones más y también me gustaron. Los estribillos se incrustaron en mi mente. Luego se me pegaron canciones de Os Mutantes. También brasileros (aunque algunos temas tienen versión en inglés), surgidos en plena tropicalia (lo que sucedía en Brasil mientras en EEUU sucedía el hipismo), con un fuerte componente psicodélico. Os Mutantes está entre mis bandas preferidas y esas que me marcaron aunque ya no los escuche tanto. Ultravespa es un poco más rockero, más power, más fresco. La voz de Dinho es juvenil y aniñada. Me encantan las voces así. Entre sus influencias citan a los Beatles, The Kinks, The Who y los Stones, y oigo esa influencia. También me recuerdan a Supergrass y Pixies. Muchas de las canciones me dan ganas de bailar, saltar o agitar la cabeza.

Debe ser difícil quedarse quieto durante un recital de ellos. Yo ni intenté. La pasé bomba y creo que todos los allí presentes también, incluidos los miembros de la banda. Es fantástico cuando se nota que los músicos se están divirtiendo. Cuando ríen y bromean entre sí y con el público. No entendí mucho lo que hablaban entre tema y tema, aunque intentaban hacerlo en castellano. Dinho presentó una canción diciendo que era acerca de la vida en Goiânia, su pueblo, que está en medio de la selva. Qué flash eso. Pese a las barreras idiomáticas, la alegría se sentía y era contagiosa. Me puse de buen humor, me quedé de buen humor. Me pongo de buen humor cuando pienso en ellos, en su música y en la fecha. Tengo la impresión de que muchos grupos se toman demasiado en serio a sí mismos y a sus shows, son pretenciosos y/ o se creen mil y rara vez los verías reír. Se hacen los sensibles y artísticos pero después los ves y están en pose cool. Los chicos de Ultravespa son todo lo contrario, sin embargo, muchísimo más copados, cancherísimos. Effortlessly cool, cool sin pretender serlo. Dinho es súper carismático, saltarín, risueño y además se viste con estilo. Lo amé. El recital se me hizo corto y me quedé con ganas de más, pero veo esto como algo bueno. Ojalá vuelvan. Después crucé a Dinho, lo felicité por el show y le pedí una foto. A diferencia de mucha gente en Buenos Aires, no me creo demasiado cool como para hacer este tipo de cosa. En síntesis, fue un gran recital que me dejó energizada y contenta, con ganas de volver a Brasil. Bonus: BOOGARINS TAMBIÉN ESTÁ BUENÍSIMO y los recomiendo. Es mucho más tranqui y psicodélico. Me recordó a Tame Impala.


Un video: “Why I never became a dancer” de Tracey Emin

Tracey Emin: Why I Never Became a Dancer, 1995 from MOCA North Miami on Vimeo.

Conocí a la artista inglesa cuando hubo una exposición suya hace varios años en el Malba. Hasta donde recuerdo casi todo era videoarte que incluía mini documentales donde Emin hablaba acerca de cosas muy íntimas y personales tales como su aborto. Me gustó mucho. Si bien soy fan de la fantasía también soy fan de la realidad. Y mega fan de las personas cuando hablan de manera abierta de lo que les pasó, de lo que les pasa, de lo que sienten. No recuerdo cómo llegué a este video, más allá del contexto que ya di acerca de su obra, por qué me llega tanto. De hecho las cosas que dice me resultan bastante ajenas salvo la declaración inicial “I never liked school” (“Nunca me gustó la escuela”, aunque en mi caso es una verdad parcial. No me gustó en Buenos Aires, tal vez por la escuela a la que fui), y aquello que da a entender de que fue una chica solitaria (al menos en cuanto a amistades). Me gusta la voz en off (aclaro: es inglés británico, pero pausado y con poco acento), la inocencia y candidez al hablar, las imágenes en calidad VHS (porque así fueron grabadas), lo viejo que se ve todo, la historia que cuenta, aunque es fuerte. Le mostré el video a varias personas y a algunas les pareció deprimente pero a mí no. A mí me gusta. Ciertamente me conmueve y emociona, sin embargo, considero que tiene un desenlace muy feliz y victorioso. Cuando al fin vemos a la protagonista, aparece en una situación y con una expresión que a mí, al menos, me dan vida.      


Un lugar: El Centro Cultural Efímero

entrada cc efimero
Todos o casi todos mis amigos saben que la flasheo con las puertas, los palieres y los edificios entre muchas otras cosas. Recibí esta foto de una amiga contándome que dentro de unas semanas se realizaría un evento en ese edificio que era increíble, y que no podía dejar de conocerlo ya que próximamente sería demolido. En seguida agendé la fecha.

Luego supe que el evento era un showroom de diseñadores independientes de moda (la amiga que me invitó diseña sombreros), pero yo fui más que nada para ver el edificio. Y valió la pena. Está ubicado en una zona elegante de Belgrano, a la altura del barrio chino pero más hacia Luis María Campos. Tiene varios pisos de los cuales llegué a conocer tres. Evidentemente en algún momento fue un edificio residencial con departamentos como cualquier otro. Yo tuve la sensación de estar en una casa tomada pero por artistas y/ o jóvenes con una onda medio hippie. En la planta baja se ve que funcionaba el garaje y ahora tiene el feeling de un pequeño galpón. Cuando yo fui había una gigantografía de Mirtha Legrand y algunas instalaciones lumínicas con luces de neon. Esa noche allí luego se realizó un desfile de moda. También al fondo de todo hay un pequeño jardín, muy lindo. Después en el primer y segundo piso están los departamentos con sus respectivas entradas, cocinas, y diversos ambientes. Los que dan a la calle son enormes y tienen todo el frente de vidrio, muy seventies. Escuché a alguien decir que era una onda Mad Men. Todo el piso es de madera. En el primero había unas personas bailando algo que parecía jazz contemporáneo y en el segundo había múltiples percheros llenos de ropa, zapatos y demás prendas. También había una DJ pasando música y una mesa con refrescos y snacks. Allí se estaba realizando el evento, la apertura del showroom, excusa que me llevó al lugar.

Luego me enteré que el edificio actualmente es un centro cultural y funciona bajo el lema “Centro Cultural de la impermanencia. Hasta que se demuela, lugar apto para creaciones efímeras”. Me gustó el nombre, Centro Cultural Efímero. De casualidad encontré un conocido que me mostró un poco más del lugar. Así me enteré que allí viven varias personas, hay un patio interior, un perro, y que se realizan diversas actividades tales como jams de dibujo, clases de yoga a la gorra, meditaciones, lecturas de poesía, y ciclos de cine, entre otros. No se sabe bien por cuánto tiempo más existirá, por eso recomiendo ir lo antes posible. Yo espero poder hacerlo y conocer más acerca de la historia del lugar, la cual me intriga mucho. Atención: reciben propuestas artísticas por inbox.

Para más info, chequear CCEFIMERO.


Un accessorio: Dress Your Shoes

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Soy amante de los gatos y todo lo gatuno y felino. Tuve una siamesa durante dieciocho años: más de la mitad de mi vida. Mucha gente asocia a los gatos conmigo, lo cual me encanta. Hace algunos meses estaba en un cumpleaños cuando de repente al ver los zapatos de una chica, sentí encenderse una lucecita que iluminó una información que estaba guardada en un rincón muy profundo de mi memoria. ¿Vieron cuando de golpe se acuerdan algo y piensan: wow, hace años de años que no pensaba en esto, había olvidado completamente su existencia? Bueno, así. Los zapatos llevaban… muerdecordones. Muerdecordones con forma de gato. Ni si quiera sabía que se llamaban así, muerdecordones. Ni si quiera sé cómo se llaman en inglés. O tal vez lo supe y olvidé. Yo crecí en Estados Unidos, y de muy chica, en los años ochenta, usaba muerdecordones. Nunca más había visto nada por el estilo, en ningún lado. Obviamente le pregunté a la portadora de los mismos de dónde los había sacado, y les tomé una foto. Me deleité al enterarme que los hacía ella, Andy Cukier. Me pareció de lo más genial. Hace poco, con la ayuda de una plataforma de crowdfunding (idea.me) produjo una nueva tirada de gatitos muerdecordones y objetos relacionados (“recompensas” para quienes aportaban a la causa). Existe una variedad de colores disponible. Yo terminé eligiendo dos pares: uno amarillo y otro glow in the dark. Pero la decisión fue difícil porque son todos hermosos. Así que tal vez vuelva por más. Y aunque la campaña de crowdfunding terminó, por suerte todavía podes conseguir tus propios gatitos a través de las redes sociales.  


Un look:

160

El viernes 28 de julio fue el aniversario de la +160. La +160 es LA fiesta de drum n bass de Buenos Aires y es la fiesta de Bad Boy Orange, DJ especialista en el género. El nombre +160 está tomado directamente del género musical. El drum n bass se caracteriza por tener más de ciento sesenta beats por minuto. A mayor cantidad de beats por minuto, más acelerado es el ritmo de la música. Y ciento sesenta beats por minuto son muchos, por lo cual las canciones tienen un ritmo súper acelerado. Para ir a una fiesta de drum n bass y pasarla bien, tenés que ir con pilas para bailar. Una vez un chico que invité a una dijo que era más intenso que ir al gimnasio. A mi criterio, algo que tienen en común el gimnasio y las fiestas de drum n bass es que es fundamental ir con ropa cómoda. Esto tuve en cuenta a la hora de elegir mi look para esa noche. Por otro lado, siento que fiestas de música electrónica (el d&b es un tipo de música electrónica) donde se baila mucho, son una excusa para lucir colores y estampados. No sé por qué. Hace muchísimo que no iba a +160 (ni a ninguna fiesta electrónica) pero en una época iba bastante y entonces también aprovechaba para usar colores y prendas llamativas. Remeras con detalles que brillan en la oscuridad, minifaldas con corazoncitos y volados, musculosas con personajes de animé, cosas así. Esta vez decidí estrenar un rompevientos que me regaló una amiga para mi cumpleaños. El mismo tiene un estampado de banderas de todo el mundo. La etiqueta dice The Sharper Image y que fue hecha en USA, así que supongo será de feria. A decir verdad, esa fue la única prenda colorida que usé, pero me pareció que la cantidad de colores era suficiente. Debajo, una remera negra manga larga de Christian Lacroix que era de mi mamá, y unas calzas rayadas negras y blancas que me regaló otra amiga para mi cumpleaños (la etiqueta dice PinkyOtto). En el pelo me hice un rodete, súper cómodo. En los pies, Doc Martens negros. El maquillaje también fue oscuro, incluyendo un labial negro de MAC. Por último, me pareció que la fiesta y el outfit daban para incluir un accesorio que compré en mi último viaje a Estados Unidos, un aro en el tabique que funciona a presión. No tengo el piercing hecho, pero según me dijeron varios, parecía que si.


AGENDA

17 de noviembre:
Viva elástico en la Tangente

18 de noviembre:
Marcha del orgullo LGBTQ

19 de noviembre
Laganja Estranga en HUMAN

26 de noviembre
Festival Sonar en Tecnopolis