En los últimos seis meses la diseñadora atravesó un período de transformación. Ante el anuncio del aislamiento obligatorio dejó el local y se fue sin pensar más que en las urgencias del momento. Luego reflexionó, desmanteló, cerró definitivamente la tienda física y decidió apartarse de los ritmos impuestos. Ahora inicia un nuevo modelo de negocio y una posibilidad de moda sostenible.
¿En qué situación te sorprendió el aislamiento?
En pleno desarrollo de las prendas de invierno: algunas en corte, otras entrando al taller, saliendo, todo quedó paralizado de repente. Quedó el local cerrado como si fuese a volver al día siguiente pero sólo pude hacerlo cuarenta después.
¿Cuál fue tu reacción inicial?
Traté de tomarlo con la mayor calma posible aunque me invadió un sentimiento de angustia. Sinceramente lo laboral quedó en un segundo plano, era todo muy incierto y mi primer instinto fue meternos todos en casa sin importar más nada. Me apoderó un instinto de supervivencia absoluto, lo tomé como un proceso que al finalizar, sería literalmente un “volver a empezar”.
¿Cómo te organizaste para la venta online?
Siempre mantuve la tienda online actualizada con el stock real así que sólo empecé a promocionarla y ofrecer descuentos para volver a activar las ventas. Al principio fue muy bien, luego se volvió a frenar un poco y actualmente viene con ventas mensuales estables. Me puse a estudiar marketing digital y eso ayudó. Me dí cuenta que necesitaba actualizarme en ese aspecto.
¿Qué te empezaste a cuestionar y por qué?
Infinidad de cosas. Creo que las crisis son buenas para eso. Me ví manejando la marca de manera automática y me dí cuenta de algo más profundo: no estar encontrando a mi verdadera clienta. Con un local a la calle en una zona muy turística de Buenos Aires me dí cuenta que mi público era básicamente extranjeras: entraban, se enamoraban y compraban, sin más. Y no tenía una clienta local, no lo estaba encontrando ni sabiendo comunicar lo que hago.
“Decidí cambiar el rumbo en parte porque siento que encontré la verdadera esencia de lo que quiero hacer, tiene que ver con un crecimiento personal, con la misión y el objetivo de mi emprendimiento: eso significa dejar de lado definitivamente el womenswear para pasar solamente al Made to Measure, es decir prendas a medida. Decidí salirme literalmente de la rueda de la moda, me parece que todo lo que está pasando nos tiene que servir para cambiar de paradigma, tenemos que modificar las maneras de producir como de consumir indumentaria. Decidí ser yo misma parte de ese cambio.”
¿Qué significa Sustainable Made to Measure?
Es una manera conceptual de definir mi trabajo de ahora en adelante. Los pilares fundamentales serán lo sostenible y las prendas a medida. Específicamente serán dos líneas: Sustainable MTO (Made to Order) orientado básicamente a la venta en el exterior. Prendas exclusivas, por fuera de la dinámica de colección y atemporales, muy elaboradas y con textiles sustentables 100% realizados en Argentina, por pedido, con una moldería estandarizada de ese producto y un mínimo de tres talles para elegir. Una vez que se realiza la compra se materializa el producto y se envía, evitando el stock innecesario en prendas que están por fuera de la producción en serie. Y la segunda es Made to Measure, prendas de mi colección hechas a medida del cliente, pudiendo variar la materialidad y con una mayor customización del producto así como también realizar diseños exclusivos (dentro del rubro de la sastrería, vestidos de noche y fiesta). Orientada al público local. Para ambas estoy rehaciendo el sitio web, la imagen como la comunicación en redes sociales.
¿Ya lo conversaste con tus clientas, cuáles son sus primeras reacciones?
Al principio no entendían. Luego lo aclaré y ya saben que, al terminar el aislamiento, podremos vernos en mi estudio ubicado en Villa Crespo para que puedan hacerse a medida lo que deseen.
¿Planes para lo que resta del año?
Estoy apuntando mi trabajo al exterior, es momento de ir a buscar esas clientas que venían a la tienda y quedaron fascinadas. Ese fue el mayor aprendizaje que me dejó esta cuarentena.