Sillón BKF por Bonet, Kurchan y Ferrari Hardoy

Historias de diseño nacional por IDA (Investigación en Diseño Argentino).


El nombre del “BKF”, diseñado en 1938, hace honor a sus autores Antonio Bonet, Juan Kurchan y Jorge Ferrari Hardoy –parte del Grupo Austral y discípulos de Le Corbusier–. El novedoso diseño fue inspirado en la silla Tripolina (1877), realizada por Joseph Fenby como un asiento plegable de campaña. Se distinguió por su propuesta ergonómica descontracturada, acorde con su primer destino: los ateliers para jóvenes artistas proyectados en el microcentro porteño. El BKF se constituía de un armazón de hierro redondo, soldado y pintado, con un elemento tensado de lona o cuero vacuno matrizado en cuatro partes para adaptarse mejor al cuerpo. Algunos autores lo definirían como una escultura moderna, anticipatoria del arte concreto. El sillón, dadas sus materialidades, podía utilizarse en el interior y el exterior de los espacios, permitiendo un uso flexible. Esta idea se visualiza en la revista Nuestra Arquitectura (1939) que incluye el tercer manifiesto del Grupo Austral. En ella, se promociona el BKF como mueble y decoración para “una arquitectura actual”. En pocos años, obtiene la consagración de las instituciones culturales locales y mundiales. Ganó el concurso “3er. Salón de Artistas Decoradores” de Buenos Aires (1940) y el premio adquisición del Museo de Arte Moderno de Nueva York (1941). En 1958, el Institute of Design del Illinois Institute of Technology lo ubica entre los 100 mejores diseños industriales de los tiempos modernos. En Argentina, fue autoproducido por sus autores y luego editado por la firma Six (integrada por Juan Kurchan) y el Grupo Charcas (en los 60, a cargo de Celina Arauz). En EEUU, aterrizó con destino a la Casa de la Cascada, realizada por Frank Lloyd Wright, y luego fue producido por Knoll International. Conocido como silla Butterfly, se convirtió en una referencia del estilo de vida californiano. La reproducción masiva del diseño –a veces con copias no autorizadas, incluso en una variante desarmable y plegable– obtuvo diferentes denominaciones: Sitting, African Chair, Continuo, Argentino, Pampeano, Latino, así como silla Hardoy o Bonet. El prototipo del sillón BKF regresó a la Argentina luego de estar seis décadas en Barcelona, donado a Fundación IDA por Victoria Bonet.

 

Esta investigación es parte de Épica: hazañas del diseño argentino, programa curatorial multiformato que tiene como objetivo revisar un siglo de historia a través del acervo de Fundación IDA y otros archivos. Este artículo pertenece a la primera entrega del primer capítulo 1920–1940. Más información en fundacionida.org.