No importa de qué lado de la grieta estés, ni si aún no entendés bien qué es el feminismo. Dejame que te cuente por qué tener una feminista declarada en la legislatura es algo que nos conviene a tod@s.
“Los derechos humanos son los de las mujeres y los derechos de las mujeres son los derechos humanos” – Hillary Clinton en el marco de la 4ta conferencia Mundial sobre la Mujer (Beijing, 1995).
Más de un siglo pasó desde que las primeras feministas de nuestro país empezaron a hacer ruido a fines del s. XIX. Desde entonces hemos logrado la remoción de la inferioridad civil, el acceso a la educación superior, el derecho al sufragio y a ocupar cargos públicos y la protección de la maternidad, entre otras cosas, pero todavía nos quedan muchas batallas por pelear. A nivel laboral seguimos trabadas por el famoso “techo de cristal” esa barrera invisible pero existente que nos exige mayor formación que nuestros pares varones para inferiores cargos y que nos impide equipararlos en número en los puestos gerenciales. A nivel económico no sólo seguimos teniendo remuneraciones más bajas (aproximadamente un 20 % menos y, en algunos casos, aún más) a igual tarea en relación a los hombres, sino que pagamos hasta un 20 % más que ellos por los mismos ítems en versión “femenina”, algo que mundialmente se conoce como pink tax. Ser mujer en nuestro país sale un 40 % más caro. A nivel social todavía tenemos que dar explicaciones de lo que llevamos puesto, tolerar el acoso callejero, ir alertas por la vida porque en cualquier momento te pueden asaltar, acosar, violar y matar. Y como si todo esto fuera poco, nos exigen entrar en los cánones de belleza y hacernos cargo de la maternidad y el hogar.
“Feminism is the radical notion that women are people”
“¡Myriam Bregman tiene que estar!”, fue el grito que se oyó entre l@s feminist@s del país y, por suerte para tod@s, está. Bregman es una luchadora por los derechos humanos y los derechos de l@s trabajador@s; se ha manifestado en contra la violencia de género (de hecho, junto a su colega Nicolás del Caño, ha convocado a un plan de emergencia de violencia de género); se declara a favor del derecho al aborto seguro y gratuito, “para que no haya más muertes por abortos ilegales en nuestro país” y es una aliada del colectivo LGTBI (que sigue siendo objeto de la violencia institucional y del hostigamiento de las fuerzas de seguridad). Que a partir del 10 de diciembre, la legisladora por el Frente de Izquierda (FIT), ocupe una banca en la legislatura porteña, significa que estamos un pasito más cerca del respeto y la equidad. “Usaremos las bancas al servicio de las luchas, verdaderas impulsoras de la transformación social. Pero también, para denunciar que en la mayoría de los casos se legisla para los intereses de las clases dominantes”. Un pequeño paso que para el feminismo, hoy, es importante.
Por Mariela Raffaelli. Diseñadora de indumentaria (UBA), productora de moda y periodista. Docente en la carrera de Diseño de Indumentaria, cátedra Fiorini-Camargo, FADU UBA, desde 2007. Emprendedora en Hola Vegan.