“Épica: hazañas del diseño argentino” es un programa curatorial realizado por Fundación IDA que tiene como objetivo volver sobre los últimos cien años de historia nacional a través de su acervo y diferentes archivos invitados. Desde Crónicas de moda avanzamos con el recorrido en el tiempo. A continuación repasamos personalidades y proyectos clave en la década y los profesionales que fueron entrevistados en el ciclo de Opinión Experta.
Varanasi
Etiqueta rosarina de vanguardia que fusionó moda y arquitectura corporal. Fue creada en 1983 por Mario Buraglio y Víctor Delgrosso, arquitectos egresados en los años 70 de la Universidad Nacional de Rosario. La dupla tuvo su primera incursión en diseño en 1971, cuando produjeron accesorios y calzados con la firma Dopo. El cruce de disciplinas les permitió innovar en los procesos de corte; diseñaron prendas con inspiración en el art noveau y art decó y accesorios pop para comercializar en tiendas de vanguardia, como La Solderie y el negocio de Mary Tapia en la Galería Promenade. Tras un viaje a la India, surgió Varanasi. Volcaron en el proyecto la audacia material, formal, cromática, tecnológica y tipológica, y se mantuvieron al margen de las tendencias del mercado. Desarrollaron a finales de los 90 tejidos para marcas italianas y fueron seleccionados por la revista Vogue Argentina para participar de su lanzamiento. Fueron convocados en el 2000 por la empresa austríaca Lenzing para idear una colección con tejidos orgánicos que más tarde presentaron en BAFweek y diferentes ciudades europeas. Se destacaron por la puesta de las vidrieras de sus tiendas en Buenos Aires y Rosario, por su comunicación gráfica, sus campañas y desfiles. Participaron en presentaciones y muestras en Nueva York, Viena, París, Barcelona, Milán y Berlín y recibieron distinciones como el Diploma al Mérito en la categoría Diseño de Indumentaria de los Premios Konex en 2002 y 2012. Su trayectoria fue plasmada en la exposición Varanasi/Pérez Sanz: entre la síntesis y la ornamentación curada por María Laura Carrascal en el Espacio de Arte Fundación OSDE de Rosario en el 2012.
Gestores culturales
Su aparición dinamizó la escena del diseño en instituciones y espacios expositivos. Jorge Glusberg, empresario a cargo de Modulor, curador y crítico, fue clave en la promoción de la arquitectura, el arte, el diseño y la tecnología. Fundó en 1968 el CEAC (Centro de Estudios de Arte y Comunicación), que al año siguiente pasó a llamarse CAyC (Centro de Arte y Comunicación), que dirigió hasta su muerte en 2012. Fue una institución experimental interdisciplinaria inédita por su identidad colectiva. Contó con distintos departamentos y una Escuela de Altos Estudios que permitieron proyectar internacionalmente a las vanguardias argentinas. Abrió su sede en el microcentro en 1970. Allí se formó el Grupo de los Trece, luego Grupo CAyC, que obtuvo fama internacional. Entre los años 70 y 80 fue un período de esplendor que explotó en su regionalidad y originalidad a través del videoarte, performance, arte público, arte tecnológico y electrónico. En 1975, creó su Departamento de Diseño, dirigido por el arquitecto Carlos Sallaberry, que puso el foco en las manifestaciones gráficas e industriales y alguna participación del diseño textil. Entre sus acciones de promoción se encuentran premios, concursos y encuentros. El diseño argentino alcanzó por primera vez presencia internacional dando a conocer las producciones locales en ámbitos de la teoría y la educación. El Departamento de Arquitectura —formado por Jorge Aslan, Diego Forero, Jorge Angel Roca, Gerardo Schon, Alberto Varas— realizó capacitaciones, encuentros, exhibiciones y también envíos al exterior. Con motivo de celebrar el décimo aniversario del Departamento de Diseño, se organizó la Bienal de Diseño BA/85 en 1985. Se desplegó en las salas de la institución y en el Centro Cultural Ciudad de Buenos Aires. Se realizaron coloquios, una exhibición internacional y se otorgaron nueve premios “Lápiz de Plata” al diseño latinoamericano y argentino con jurados internacionales. En 1987, se sumó la Bienal de Arquitectura, reconocida dentro de la trilogía de bienales más importantes, que continúa realizándose hasta la actualidad.
Osvaldo Giesso fue un arquitecto y mecenas del arte que modificó la escena sur de la Ciudad de Buenos Aires. Se instaló a finales de los años 60 en una casona de San Telmo a punto de ser demolida y creó el mítico Espacio Giesso: casa, galería y centro cultural. Se convirtió en un espacio de encuentro para talleres, exposiciones, espacios de diseño y moda. Se realizaron muestras colectivas que invitaban a arquitectos y diseñadores a poner en juego su creatividad por fuera de los requisitos empresariales y productivos. Con la llegada de la democracia, Giesso fue convocado a dirigir el Centro Cultural Ciudad de Buenos Aires (desde 1983 a 1989), actual Centro Cultural Recoleta. Convirtió lo que era un hogar de ancianos en espacio de experiencias, fiestas, artes visuales, performance e instalaciones y creó la Bienal de Arte Joven.
FADU
A partir de 1985 se crearon las carreras de Diseño en la Universidad de Buenos Aires. Fue la segunda etapa del diseño como disciplina universitaria, tras lo sucedido en los años 60 con la creación de las carreras en otras universidades del país. Bajo instancias del decano Berardo Dujovne y con la coordinación de Carlos Sallaberry, se reunieron en comisiones para elaborar el plan de estudios de Diseño Gráfico y Diseño Industrial con arquitectos y diseñadores. Tomás Maldonado asesoró en la elaboración de las currículas y Gastón Breyer aportó sus ideas desde la heurística. El documento del proyecto se aprobó en marzo de 1985 y la FAU pasó a denominarse FADU (Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo). El plan de la carrera de Diseño Gráfico se centró en la realidad nacional y la comunicación social para un perfil integral del egresado preparado para la presencia del diseño en el espacio urbano y público. Diseño Industrial, con la dirección de Ricardo Blanco, tenía como fin la planificación y desarrollo de productos, realizados por medios artesano-industriales, optimizando la funcionalidad de uso, estéticas y significantes culturales. En ambas carreras, apareció una fuerte matriz de la enseñanza arquitectónica. Con una inscripción masiva, se daba cuenta de la importancia de estas carreras en la universidad pública de Buenos Aires.
La carrera de Diseño de Imagen y Sonido se creó en 1989 con el objetivo de estimular profesionalmente las actividades de la producción cinematográfica. Se estructuró el proyecto vinculando a las facultades de Filosofía y Letras y de Ciencias Sociales pero con el aporte de la FADU respecto a la experiencia en diseño, dibujo, visión, morfología, entre otras especialidades. Ese mismo año se creó la carrera de Diseño de Indumentaria y Textil, con un perfil social y un pensamiento constructivo, influenciada por el impacto de los desfiles en la Bienal de Arte Joven de Buenos Aires. Entre sus primeros docentes estuvieron la artista textil Rosa Skific y Andrea Saltzman, quienes otorgaron una visión rupturista y experimental, desde la dimensión semiótica y comunicacional del diseño. Susana Saulquin, quien integró la comisión de creación de la carrera, incluyó el aspecto sociológico en el fenómeno de la moda, tras un gran relevamiento documental sobre su historia en Argentina. Estas ideas fomentaron una visión cultural y social del vestir, la profesionalización del oficio y la vinculación con empresas y polos productivos.
Ricardo Blanco
Graduado como arquitecto, fue un diseñador industrial con un perfil integral que incluyó gestión y labor docente. Fue clave para consolidar la disciplina y la enseñanza a nivel regional. Se destacó por un diseño autoral que imprimió en mobiliarios- su fetiche eran los asientos- y objetos. Diseñó para firmas como Indumar, Venier, Thonet, El Espartano e Interieur Forma. Realizó proyectos en el sector público como el equipamiento para el Plan 60 Escuelas (1976-1982), los hospitales públicos Argerich y Fernández (1980) y la Biblioteca Nacional (1992). Cofundó Visiva en 1983 junto a Hugo Kogan y Reinaldo Leiro, para diseñar, producir y comercializar muebles y objetos con influencias posmodernas. Fue profesor de Diseño Industrial en la Universidad Nacional de La Plata y en la Universidad Nacional de Cuyo. Cofundó y dirigió durante 20 años la carrera en FADU y colaboró en la creación de la carrera en las universidades de Córdoba y de Mar del Plata. Dentro sus acciones de promoción y gestión, integró a fines de los años 70 la comisión de diseño dentro del CAyC. Participó en el Estudio Giesso a comienzos de los 80, donde realizó propuestas gráficas, juegos y objetos. Además colaboró desde distintos roles en exposiciones en el Centro Cultural Ciudad de Buenos Aires, en la etapa dirigida por Giesso. Estableció y curó la primera Colección Permanente de Diseño de Argentina en 1995 en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires. Su mirada e investigación de la profesión se plasmó en distintas publicaciones como Sillopatía (Editorial Argentina, 2003), Ricardo Blanco diseñador (Franz Viegener, 2015) y Diseño otro (Ricardo Blanco, 2017). Fue distinguido por el CIDI y el CAyC y recibió el Premio Konex de Platino en el 2002.
Miradas
Dos profesionales fueron entrevistados en el ciclo Opinión Experta sobre distintas cuestiones que fueron relevantes en la década:
. La arquitecta y Coordinadora del posgrado Diseño de Mobiliario en FADU Ana María Scotto ahondó en las acciones grupales de diseño experimental y las instituciones que promovieron la profesión en los años 70 y los 80.
. El arquitecto Carlos Sallaberry conversó acerca de su actividad alrededor del CAyC y de su vínculo con Jorge Glusberg.
Selección y edición del material: Federico Ferrari.