Aún existen coordenadas porteñas que encierran el encanto de antaño. ¿Un ejemplo? La boutique de Fueguia 1833 (Av. Alvear 1680), con más de sesenta fragancias para deleitarse. Un cortinado azul y una mesa precisamente ordenada donde es posible transportarse a través del olfato.
Fueguia 1833 posee una gran inspiración en el territorio argentino, más específicamente en La Patagonia. Este laboratorio de perfumes creado por Julian Bedel posee un concepto muy particular: sus fragancias se realizan con ingredientes naturales únicos y poco usuales. Su creador homenajea a sus antepasados naturalistas y escritores, continuando una tradición de trabajo creativo en la identificación de especies nativas, creando fragancias que reflejen la diversidad exótica de la naturaleza americana.
La formulación de las fragancias parte de una paleta de más de 1200 ingredientes y una investigación botánica, sumado al aporte de las nuevas tecnologías que utilizan. Logrando así colecciones exquisitas organizadas casi como nuestra biblioteca o escritorio de trabajo. Podemos encontrarnos con temáticas como Literatura, inspirada en clásicos como Biblioteca de Babel y Elogio de la sombra, Destinos, centrado en al encanto de los paisajes naturales como Ámbar de Los Andes, Entre Ríos y Pampa Húmeda, Fábula Fauna, inspiradas en especies animales, reales o imaginarias, como Ballena de La Pampa y Yaguareté, Personajes, eclécticos como Darwin, Humboldt y Juan Manuel y Proyectos especiales.
Producidas en series de edición limitada todas las botellas son identificadas con un número único, disponibles en dos concentraciones: perfume y aguas. Cada una posee un gran universo por descubrir.